Es una situación muy común. Recibes, sin saber muy bien desde dónde, publicidad que nunca has pedido que te envíen. Un mensaje de texto, una llamada de teléfono ofreciendo un producto a unas horas intempestivas o un bombardeo de correos electrónicos que con mayor o menor fortuna tu filtro de antispam puede bloquear. Tus datos están ahí fuera y alguien se está lucrando con ellos.
Empresas de marketing usan bases de datos con información personal de miles de personas. Cientos de miles en casos de grandes campañas. En ellas se encuentran nombres y apellidos, números de teléfono -fijo y/o móvil-, correos electrónicos y direcciones físicas. Incluso se puede clasificar a las personas dependiendo de sus gustos.
En muchos casos las usuarios presentes en estas bases de datos desconocen que están ahí y que se está mercadeando con su información. Tampoco saben que han cedido información libremente.
Los datos son necesarios para mantener una comunicación activa con los clientes. En ocasiones lo que estos clientes no saben es que están dando el consentimiento para ceder esta información a terceros y que puede acabar en manos de otras empresas.
Las leyes españolas y europeas sobre protección de datos impiden que las empresas compren bases de datos propias a otras empresas. En cambio sí que es legal adquirirlas si los datos se recogen mediante servidores que buscan en internet nombres, direcciones de correo electrónico o números de teléfono siempre que estén publicados, de forma similar a como funciona un buscador de internet.
Es más común que se vendan datos de corregistros. Estos se nutren de la información que los usuarios ceden durante promociones o campañas de fidelización.
Este es un negocio muy controlado en Europa. El mal uso puede acabar en multas importantes, dependiendo de la gravedad de cada caso. Si se declaran infracciones graves y según el artículo 45.2, 4 y 5 de la LOPD, las multas varían entre 60.101,21 y 300.506,05 euros.
Las empresas son responsables de mantener la información personal segura y registrarla en la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Estas infracciones son más comunes de lo que parece. Empresas importantes presentes en todo el mundo, muchas tecnológicas, hacen un uso de datos sin tener en cuenta las leyes locales de sus usuarios.
Fuente: El Confidencial