La Agencia Vasca de Protección de Datos celebra hoy su décimo aniversario. Una década en la que su labor ha cambiado de forma “radical”, según apunta su director, Iñaki Pariente, principalmente por la irrupción de Internet, lo que ha provocado, no solo un cambio de paradigma en la labor propia de la institución, sino también en la vida cotidiana de la ciudadanía. Esto se ha traducido en un incremento de las consultas y quejas. Solo en lo que va de año, la Agencia ha recibido 150 llamadas de particulares, casi las mismas que todo 2012, fundamentalmente sobre Internet y protección de datos, lo que sumará a finales de año un total de entre 800 y 900 consultas. Aproximadamente un 50% más que en 2013, según cálculos de Pariente.
“Ya el año pasado detectamos un incremento paulatino del número de consultas, que estos primeros meses han venido a confirmar”, apunta el responsable de la Agencia. La tecnología y sus usos impregnan muchos de los asuntos que a diario ve la institución, “un panorama en el que además hay un importante desconocimiento de los riesgos” que se pueden producir en protección de datos.
“Los móviles que ahora llevamos en los bolsillos son ordenadores, guardan miles de fotografías, de información, de búsquedas que hemos hecho en Internet o páginas que hemos consultado. Cosas que son muy importantes proteger y sobre las que no todo el mundo está concienciado”, ilustra Pariente.
El director pone como ejemplo las decenas de aplicaciones que a diario se descargan en los teléfonos móviles y cuyos contratos poca gente lee. Herramientas que, como recuerda Pariente, suelen acceder a álbumes de fotos, listas de contacto o a los datos de localización del teléfono móvil, y, por lo tanto, de su usuario. “Algunas de esas empresas comercializan o ceden esa información y esas condiciones aparecen en los contratos. No hay que actuar, por tanto, alegremente”, recuerda Pariente, que anima a todos los usuarios que sospechen que se puede estar haciendo una mala utilización de sus datos a, primero informarse, y después denunciarlos. Otro ejemplo, “que una compañía de teléfonos con la que nunca hemos tenido relación nos llame para ofrecernos algo hay que denunciarlo directamente porque no tienen que tener ningún motivo para tener nuestros datos”.
Fuente: El Pais