Según la Confederación de Consumidores y Usuarios (Cecu), incluir a los clientes en ficheros de morosos se está convirtiendo, cada vez más, en una práctica habitual de las operadoras. Y es que cada vez más ‘telecos’ apuntan en estas bases de datos a usuarios que dejan de pagar recibos, ya sea porque no pueden o por su desacuerdo con las facturas.
La Cecu y Facua han denunciado ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) esta práctica, que en algunos casos contraviene lo dispuesto en la Ley Orgánica de Protección de Datos, ya que están incluyendo clientes en un fichero de impagados mientras existe una reclamación de por medio. Este fue el caso de Juan Carlos Galán, un sevillano de 60 años que vivió toda una odisea al tratar de dar de baja un servicio con Telefónica.
Todo empezó en 2008, cuando este autónomo decidió solicitar, tras dos años de servicio, la baja de su módem USB que tenía contratado con la compañía. Sin embargo, lo que parecía un trámite sencillo se convirtió en una auténtica pesadilla.
«Mantuve este servicio durante un par de años, pero un día me di cuenta de que ya no lo estaba utilizando. Cuando por fin me decidí a darlo de baja llamé por teléfono, para convencerme de que no lo hiciera la operadora me prometió que no me cobraban hasta fin de año. No acepté porque sabía que pasado el tiempo no me acordaría, entonces me dijeron que me rebajaban un 50% mi factura del teléfono fijo y ADSL, que también tenía con ellos», ha explicado Juan Carlos a Teknautas.
Y fue en ese momento cuando comenzó su calvario. Tras aceptar esta sugerente oferta, colgó, más contento, pensando que en sus próximos meses vería cómo bajaban sus facturas. Pero nada más lejos de la realidad. 31 días después no sólo le llegó la misma factura del teléfono y ADSL, sino también la del módem USB que quería dar de baja.
«Al recibir las facturas me fijé en que no habían aplicado ningún descuento. Llamé al servicio de atención al cliente y me contestaron que hacía falta que pasara un mes para que se aplicase. Entonces esperé, pero continuaron haciendo lo mismo durante los meses siguientes», ha añadido.
Ante los importes recibidos y tras reclamar a la compañía sin llegar a ninguna solución por parte de la operadora, Galán decidió zanjar el asunto dándose de baja. No se crean que lo hizo por teléfono. Para asegurarse, mandó un burofax con acuse de recibo. Pero para su sorpresa, al mes siguiente volvieron a pasarle la misma factura.
«Entonces fue cuando me sentí estafado. Lo siguiente que hice fue ir al banco para dar la orden de que no aceptasen ni una sola factura más», ha explicado.
Tras dos meses en los que el banco devolvió las facturas, Telefónica le envió una carta amenazándolo con incluirlo en la lista de morosos. Y finalmente lo hizo, aunque paradójicamente Galán seguía pagando religiosamente su factura del teléfono fijo. «Pedí la portabilidad a Jazztel pero me querían cobrar 90 euros por estar incluido en esta lista», ha reconocido apesadumbrado.
Tras realizar una reclamación, la operadora asumió en diciembre de 2011, que «una vez analizadas las manifestaciones del cliente y revisados los archivos», el socio no arrojaba «deuda alguna con esta empresa». Asimismo, añadió que «se han puesto en marcha los mecanismos necesarios para desvincular al cliente de cualquier fichero de solvencia patrimonial».
No obstante, en enero de 2012 cuando creía que ya había terminado todo, Juan Carlos Galán recibió sendas cartas de Asnef y Experian Badexcug notificándole la presencia de sus datos en dichos ficheros a instancia de Telefónica.
Tras realizar una denuncia ante la AEPD, el organismo recordó que tal y como señala la ley, «los datos de un cliente sólo pueden ser incluidos en este tipo de ficheros si hay existencia previa de una deuda cierta, vencida, exigible y que haya resultado impagada».
Por todo esto, al final la AEPD resolvió que Telefónica había incurrido en «una infracción grave al principio de calidad de datos» al incluir en varios ficheros de morosos los datos de Galán y le impuso una multa de 50.000 euros.
Al ser preguntado si está satisfecho con la multa, Galán, con claros síntomas de cansancio, se muestra escéptico: «seguro que Telefónica recurre y al final se libra de pagar. De todas formas, yo no voy a ver ni uno solo de esos 50.000 euros».
Fuente: El Pais